Nunca seremos lo suficientemente humildes para merecer llegar a la altura de ser personas perfectas. Nunca nos debemos sentir mejor que nadie, ni siquiera de los que aparentemente son los peores. Porque quien busca ser el más grande no lo conseguirá; al contrario, será el más pequeño. En el grado de humildad que practiquemos seremos medidos y valorados.
Cristo, estás clavado en la cruz. Eres inocente, sí, pero aceptas entregar tu vida por cada uno de nosotros. Este madero que hoy está físicamente