Dicen que, al principio,
la tierra era un caos informe.
Dicen que el pueblo de Dios tuvo que sufrir la esclavitud.
Dicen que ese pueblo
era incapaz de amar a Dios.
Dicen que en la tierra,
muchas veces,
se vive el caos,
se sufren muchas esclavitudes; y que los seres humanos saben más matar que amar.
Dicen que en la tierra,
en ocasiones,
se viven cosas
que oscurecen el alma y el corazón.
Pero también cuentan que
el caos atrajo al aliento de Dios.
Cuentan que la esclavitud despertó sus deseos de liberación.
Y que la terquedad del pueblo
hizo posible la promesa de purificación.
Dicen que en medio
de las oscuridades de la vida una voz luminosa se escucha:
“No tengáis miedo;
id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea:
allí me verán”