Parroquia

La Santísima Trinidad (Málaga)

Imagen del día

El primero y más imperioso [defecto] de todos es el orgullo y su nutrido cortejo: vanidad, amor propio, etc., excesiva propensión a hablar del bien que yo hago - San Eugenio de Mazenod

Nos vendría bien reconocernos cómo somos en realidad. Sin falsas vestimentas. Y sin miedo. Para ser mejores personas, primero debemos abrirnos interiormente. No tengamos miedo a descubrir qué defectos tenemos. Casi seguro que encontraremos infinidad de hechos y dichos, incluso pensamientos, en los que prevalecen el orgullo, la vanidad, el soy mejor que los demás. Seamos valientes y demos el paso. Admitamos lo que somos. Y empecemos a cambiar para mejorar.

¿Te ha gustado? Comparte este artículo

Días anteriores

Tú debes tener fe ilimitada en la bondad divina, porque la victoria es absolutamente segura – San Pío de Pietrelcina

Si nos agarramos con auténtica fe a la misericordia de Dios y nos fiamos de su bondad, caminaremos más seguros. Porque en la carrera de

Leer más
La dignidad del hombre requiere que obre según su libre elección, sin ninguna coacción externa – San Pablo VI

Dios nos hizo libres. Para que seamos capaces de elegir. Por eso nos dotó de capacidad para distinguir el bien del mal. Nuestras decisiones deben

Leer más
En verdad la vida no es tan injusta. En cada prueba que Dios nos pone hay una oportunidad – San José Moscati

Hay injusticias, sí. En derredor nuestro y en nosotros mismos. Pero son consecuencia de la imperfección humana. De nuestra libertad no ejercida correctamente. En nuestras

Leer más
El que no trata con confianza a Jesús, hace injuria a su bondad, que tantas veces y de tan diversas maneras se nos ha demostrado – Santa Gema Galgani

Jesús nos ha demostrado su inmensa bondad. Se entregó a la muerte por nosotros. Nos sigue dando su amor cada día. Él conoce hasta las

Leer más
Quien ama no siente fatiga, ya que el amor no conoce cansancio  – Santa Magdalena de Canossa

Amar a los demás, como Cristo nos ha enseñado, es reconfortante. Nunca cansa. Al contrario. Infunde mayor vitalidad. Es como si cada obra buena que

Leer más
Lo propio de una religión no es imponerse, sino persuadir. El Señor no hizo violencia a nadie, dejó a cada uno libre – San Ambrosio de Milán

Ante los que no son creyentes podemos tener diferentes comportamientos. Uno de ellos, y es el más correcto, es intentar que conozcan nuestra fe y

Leer más