En York, en Inglaterra, santa Margarita Clitherow, mártir, la cual, con la anuencia de su marido, abrazó la fe católica, en la que educó también a sus hijos, y se preocupó de ocultar en su casa a sacerdotes que eran perseguidos, por cuyo motivo fue detenida varias veces durante el reinado de Isabel I, y finalmente, rehusando que su causa fuese llevada ante el tribunal para que los ánimos de los consejeros del juez no cargasen con la responsabilidad de su sentencia a muerte, la condenaron, por su fe en Cristo, a ser asfixiada hasta la muerte bajo un gran peso († 1586).
Otros santos del día:
• Conmemoración del santo Ladrón, que en la cruz reconoció a Cristo, y de Él mereció oír: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” († s. I).
• En Nicomedia, en Bitinia, hoy Izmit, en Turquía, san Dula, mártir.
• En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, san Quirino, mártir.
• En Tesalónica, de Macedonia, en la actual Grecia, santa Matrona, mártir, que, siendo esclava de una hebrea, a escondidas daba culto a Cristo, y descubierta por su señora, sufrió muchas penalidades, fue azotada con varas y en la confesión de Cristo entregó a Dios su espíritu incorrupto.
• En Milán, en la región transpadana, hoy en Lombardía, región de Italia, san Mona, obispo († hacia el año 300).
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• En la isla de Antrum (hoy Aindre), cerca de Nantes, en Francia, san Hermelando, el cual, después de servir en la corte real, se hizo monje del monasterio de Fontenelle y finalmente fue designado primer abad del lugar († hacia el año 720).
• En Mammola, cerca de Gerace, en Calabria, región de Italia, san Nicodemo, eremita, que fue maestro de vida monástica, célebre por la austeridad de vida y por sus virtudes († 990).
• En Sázava, en Bohemia, actualmente Chequia, san Procopio, que, dejando mujer e hijo, abrazó la vida eremítica y después presidió el monasterio fundado allí por él mismo, celebrando las divinas alabanzas en rito griego y en lengua eslava († 1053).
• En Schaffhausen, en Suabia, actualmente Alemania, beato Everado, que, siendo conde de Nellenburg, abrazó la vida monástica en el cenobio de Todos los Santos (Allerheiligen), construido con su esfuerzo († 1078).
• Junto a Costacciaro, en la Umbría, región de Italia, beato Tomás, ermitaño, que pasó sesenta y cinco años en vida eremítica y enseñó a otros a vivirla († 1337).
• En Winchester, también en Inglaterra, beato Jacobo Bird, mártir, que, bajo la misma reina, a los diecinueve años de edad, convertido desde hacia poco al catolicismo, rechazó participar en una liturgia herética, mereciendo por ello llegar a la celebración del culto celestial († 1592).
• En el Montefiascone, en la Toscana, región del Lacio, en Italia, santa Lucía Filippini, fundadora del Instituto de Maestras Pías, para promover la enseñanza cristiana de jóvenes y mujeres, especialmente las carentes de recursos († 1732).
• En Niederweinigen, próximo a Essen, en Alemania, beata María Rosa Flesch (Margarita), virgen, fundadora del instituto de las Hermanas Franciscanas de Santa María de los Ángeles († 1906).
• En Roma, junto a san Pablo, en la vía Ostiense, beato Plácido Riccardi, presbítero de la Orden de San Benito, que, atormentado por continuas fiebres, enfermedades y parálisis, seguía fielmente la observancia regular y la oración y transmitió a otros su misma actitud ejemplar († 1915).
• En el lugar de Chervonohrad, junto a Lwiw, en Ucrania, beata Josafata (Miguelina) Hordáshevska, virgen, que fundó el Instituto de Hermanas Esclavas de María Inmaculada, dedicándose a hacer el bien donde fuese mayor la necesidad († 1919).
• En Ein Keren, próximo a Jerusalén, santa María Alfonsina Danil Ghattas, virgen, fundadora de la congregación de las Hermanas Dominicas del Santísimo Rosario de Jerusalén († 1927).
• En la ciudad de Majdanek, cerca de Lublín, en Polonia, beato Emiliano Kovc, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra fue deportado a un campo de concentración, donde, por el combate de la fe, alcanzó la vida eterna († 1944).
• En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, en Baviera, en Alemania, beato Hilario Januszewski, presbítero de la Orden de los Carmelitas Descalzos y mártir, que, en tiempo de guerra, por confesar a Cristo fue deportado desde Polonia a esta cárcel, y habiéndose contagiado del tifus por asistir a los enfermos, falleció dejando un hermoso testimonio de fe y caridad († 1945).
(Del Martirologio Romano)