La desilusión paraliza y encorva la mirada. Jesús ha muerto y los discípulos, desconcertados y desilusionados, se recluyen en un recinto con las puertas cerradas por

El amor es diligente. El deseo del encuentro con la persona amada da alas a los pies y el corazón corre más a prisa, acortando

El Sábado Santo la Iglesia guarda silencio. La Iglesia no hace hoy ninguna celebración, sino que como un centinela concentra toda su mirada en la

Es Viernes Santo. El tiempo parece detenerse, el reloj retiene sus horas. La muerte, aunque sea una «muerte anunciada», siempre sorprende. El Viernes Santo, la

El atardecer es la hora del amor y la amistad, de la «cena que recrea y enamora». Al atardecer, nos congrega la Iglesia para celebrar

¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego? Con esta fría pregunta comienza el trato más famoso Judas Iscariote, discípulo de Jesús. El Evangelio prosigue