Parroquia

La Santísima Trinidad (Málaga)

Imagen del día

Se paciente con todo el mundo; pero sobre todo contigo mismo - San Francisco de Sales

La paciencia es una virtud muy frágil. Nos cuesta a todos ponerla en práctica en muchos momentos de nuestra vida diaria. Solemos caer en la tentación de perder los nervios cuando no nos dan la razón, o cuando nos sacan los colores o cuando alguien nos adelanta en estima y valoración. Pero si hemos de ser pacientes con los demás, probablemente nos ayude a ello si practicamos la paciencia con nosotros mismos, convencidos de que con paciencia todo se alcanza.

¿Te ha gustado? Comparte este artículo

Días anteriores

Honra mucho a María. Es tu madre tan buena y cariñosa, que jamás dejará de velar por ti – Santa Teresa de los Andes

A veces nos comportamos como malos hijos de María. Creemos que alejándonos de ella estaremos más libres y seremos más felices. Craso error. Porque esa

Leer más
El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer, pero no vivir de acuerdo con lo que se cree – San Antonio de Padua

Es más fácil decir a los demás qué tienen que hacer para ser mejores que dar nosotros el paso para intentar ser buenos cristianos. Predicamos

Leer más
Tened gran confianza en María, ella os ayudará en todas vuestras cosas – Santa María Mazzarello

Un hijo siempre confía en su madre. Quienes tenemos la dicha de llamar a María madre sabemos que siempre podemos contar con su ayuda. Cuanta

Leer más
Deberíamos hacer con los pobres lo que hizo María con su prima Isabel: ponernos a su servicio – Santa Teresa de Calcuta

Si realmente queremos ser cristianos de verdad, fijémonos en María, nuestra madre en la fe. Ella siempre estaba dispuesta a servir a los demás. Renunciaba

Leer más
No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor – Santa Teresa de Jesús

La grandeza de lo que hacemos está en el amor que ponemos en ello. No nos lamentemos de nuestras pocas fuerzas o de la escasa

Leer más
Si extiendes la mano para dar, pero no tienes misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el corazón, aun cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna – San Agustín

No se trata de cuánto damos, sino del espíritu que anida en nuestro corazón cuando acudimos a ayudar al necesitado. Lo que importa, pues, es

Leer más