Al portal donde está el niño Dios hay que acercarse desde la más completa humildad, como pequeños ignorantes que se dejan llevar por la sencillez del amor. No queramos comprenderlo todo, porque en el nacimiento de Dios que se hace Hombre, lo que se palpa es la más desinteresada entrega de quien asumió nuestra naturaleza humana para librarnos del mal y hacernos herederos de su reino.
Si realmente sentimos que somos creyentes, estamos obligados a hacer partícipes de nuestra fe a los demás. No debo apropiarme de Cristo, quedándonoslo únicamente para