Hermoso es confiar en el Señor, que no abandona nunca a los suyos, aunque, a veces, pueda la ceguera humana ver otra cosa distinta. Porque por muchas dificultades, cruces con las que nos carguen o nos carguemos nosotros mismos, nunca serán grandes si contamos con la ayuda del Crucificado, que siempre, con su ejemplo y su palabra, está, cual fiel Cirineo, dispuesto a ayudarnos.

Foto: J. Serrano Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos Adviento II (Mateo 3, 1-12) Los medios de comunicación nos saturan





