Si la fe es capaz de mover montañas, ¿por qué dudar de que todo lo podemos conseguir confiando en quien vino a salvarnos de nuestras miserias? A menudo no logramos llegar a la meta porque desconfiamos de que, aunque somos pequeña cosa, si contamos con Él, llegaremos hasta el final, aunque nuestras fuerzas sean limitadas. Si creemos de verdad, actuaremos en consecuencia y seremos capaces de hacer maravillas.
Si realmente sentimos que somos creyentes, estamos obligados a hacer partícipes de nuestra fe a los demás. No debo apropiarme de Cristo, quedándonoslo únicamente para