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No temo a lo que los hombres puedan hacerme por decir la verdad. Solo temo a lo que Dios me haría si mintiese - San Juan Bosco

Resulta muy fácil escabullirse entre las mentiras, las medias verdades y los silencios cómplices. Porque, a menudo por no decir siempre, decir la verdad conlleva costes de todo tipo: enfados, enemistades humanas, incomprensiones, perjuicios de todo tipo y hasta rechazos y condenas. Pero si realmente buscamos hacer el bien, que es para lo que hemos sido llamados, estamos obligados a decir la verdad en todo tiempo y lugar. Con respeto, con caridad.

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Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor – Santo Toribio de Mogroviejo

Los halagos de los hombres no deben ser nuestra preocupación nunca. Porque a quien tenemos que complacer es a ti, Señor nuestro. Tú nos pides

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Por Jesús soy capaz de padecer aún más – San Maximiliano Kolbe

Señor, aunque nos parezcan muchos y grandes los dolores internos y externos que tenemos que soportar a diario, sabemos que, si realmente te amamos como

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Si no irradiamos la luz de Cristo a nuestro alrededor, aumentará la sensación de oscuridad que prevalece en el mundo – Santa Teresa de Calcuta

No quieres, Señor, que nos quedemos cruzados de brazos viendo cómo muchos hombres y mujeres, hermanos nuestros pues también son hijos tuyos, aunque ellos no

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Aunque tenga muchos santos por abogados, tengan particularmente a san José, que alcanza mucho de Dios – Santa Teresa de Jesús

Esposo de María y padre adoptivo de Jesús, señor san José, intercede por nosotros al Señor para que Él nos auxilie en los momentos de

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La oración es el alimento del alma y la presencia de Dios bien llevada es una oración no interrumpida – Santa María Josefa Sancho de Guerra

Dios y Señor nuestro, concédenos la gracia de sentirnos siempre en tu presencia. Para que con nuestras palabras y nuestras obras podamos alabarte permanentemente y

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Así como dos pedazos de cera derretidos juntos no hacen más que uno, de igual modo el que comulga, de tal suerte está unido con Cristo, que él vive en Cristo y Cristo en él – San Cirilo de Jerusalén

Recibirte, Señor, en la Eucaristía, es fundirnos contigo, ser una sola cosa contigo. Para sentirnos que somos Tú. Por eso estamos obligados a no defraudarte,

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