Vivimos en un mundo donde la verdad es arrinconada no solamente con mentiras deliberadas sino también con medias verdades o con informaciones que no son del todo exactas o van encaminadas a producir una determinada reacción. Los creyentes tenemos una tarea: trabajar para que la verdad se imponga en nosotros mismos y en nuestros entornos, pues solamente así construiremos una sociedad mejor. La verdad siempre nos hace libres y por ello no tenemos que temerla nunca.
La auténtica sabiduría se consigue estando abiertos a escuchar las razones del otro, en silencio, sin imponer las nuestras. Aunque en principio pueda parecernos que