Fiesta de la Cátedra de san Pedro, apóstol, al que el Señor dijo Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. En el día en que los romanos acostumbraban a recordar a sus difuntos, se celebra la sede de aquel apóstol, cuyo sepulcro de conserva en el campo Vaticano y ha sido llamado a presidir en la caridad a toda la Iglesia.
Otros santos del día:
• En Hierápolis, en Frigia, en la actual Turquía, san Papías, obispo, de quien se dice que había escuchado al anciano Juan, que fue compañero de san Policarpo, y que comentó los discursos del Señor († s. II)
• En Vienne, en la Galia Lugdunense, actualmente en Francia, san Pascasio, obispo, célebre por su erudición y la santidad de sus costumbres († s. IV).
• En Ravena, en la provincia de Flaminia, en la Emilia Romana, en. Italia, san Maximiano, obispo, que cumplió con fidelidad su función episcopal y luchó contra los herejes de la época en favor de la unidad de la Iglesia († 556).
• En Favencia, también de la Flaminia, igualmente en Italia, muerte de san Pedro Damiani, cuya memoria se celebró ayer († 1072).
• En Longchamp, suburbio de París, en Francia, beata Isabel, virgen, que, siendo hermana del rey san Luis IX, renunció a matrimonio de realeza y a ventajas mundanas y fundó un monasterio de Hermanas Menores, con las que sirvió a Dios en humildad y pobreza († 1270).
• En Cortona, de la Toscana, región de Italia, santa Margarita, que, profundamente conmovida por la muerte de su amante, borró los pecados de su juventud con una penitencia saludable, pues recibida en la Tercera Orden de San Francisco, se entregó a la contemplación de Dios y fue favorecida por especiales carismas († 1297).
• En la ciudad de Sendai, en Japón, beato Diego Carvalho, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que, después de soportar injurias, cárceles y caminatas realizadas en pleno invierno, con fe intrépida confesó a Cristo, junto con sus compañeros, en el suplicio del agua helada († 1624).
• En Florencia, de la Toscana, en Italia, beata María de Jesús (Emilia) d’Outremont, la cual, nacida en Bélgica y madre de cuatro hijos, al quedar viuda, sin descuidar sus deberes maternos fundó y rigió la Sociedad de Hermanas de María Reparadora, confiando en el auxilio divino, y superando no pocas enfermedades, cuando regresaba a su patria terminó su terrena peregrinación, descansando en el Señor († 1878).
(Del Martirologio Romano)