Muchas y grandes son las obras que Dios hace para nuestro bien. La más grande: la inmolación voluntaria de su Hijo para liberarnos de la esclavitud y hacernos herederos suyos. Reconocerlo es nuestra obligación como creyentes. Pregonarlo entre quienes nos rodean es una forma de manifestarle nuestra gratitud.
Cristo, estás clavado en la cruz. Eres inocente, sí, pero aceptas entregar tu vida por cada uno de nosotros. Este madero que hoy está físicamente