Parroquia

La Santísima Trinidad (Málaga)

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No podemos traspasar los lazos de nuestro ángel guardián, resignado o resentido, siempre escuchará nuestros suspiros - San Agustín

Sí, el guardián que nos ha sido asignado personalmente por el Señor está siempre a nuestro lado y nos acompaña en todo momento. Otra cosa es que nosotros nos tapemos los oídos para no oír sus consejos, que siempre van dirigidos a que obremos el bien y nos escapemos del mal. Acerquémonos más a ese custodio que tiene la tarea de acompañarnos para que caminemos rectamente por entre los peligros de este mundo.

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Días anteriores

Para mí, el camino de la cruz fue el más hermoso que he visto porque en él conocí a mi Señor y Salvador – Santa María Elisabet Hesselbald

Jesús nos salvó en la cruz. En ella se inmoló por nuestras faltas. Por eso, el madero en el que fue sacrificado es el símbolo

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Tú debes tener fe ilimitada en la bondad divina, porque la victoria es absolutamente segura – San Pío de Pietrelcina

Si nos agarramos con auténtica fe a la misericordia de Dios y nos fiamos de su bondad, caminaremos más seguros. Porque en la carrera de

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La dignidad del hombre requiere que obre según su libre elección, sin ninguna coacción externa – San Pablo VI

Dios nos hizo libres. Para que seamos capaces de elegir. Por eso nos dotó de capacidad para distinguir el bien del mal. Nuestras decisiones deben

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En verdad la vida no es tan injusta. En cada prueba que Dios nos pone hay una oportunidad – San José Moscati

Hay injusticias, sí. En derredor nuestro y en nosotros mismos. Pero son consecuencia de la imperfección humana. De nuestra libertad no ejercida correctamente. En nuestras

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El que no trata con confianza a Jesús, hace injuria a su bondad, que tantas veces y de tan diversas maneras se nos ha demostrado – Santa Gema Galgani

Jesús nos ha demostrado su inmensa bondad. Se entregó a la muerte por nosotros. Nos sigue dando su amor cada día. Él conoce hasta las

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Quien ama no siente fatiga, ya que el amor no conoce cansancio  – Santa Magdalena de Canossa

Amar a los demás, como Cristo nos ha enseñado, es reconfortante. Nunca cansa. Al contrario. Infunde mayor vitalidad. Es como si cada obra buena que

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