Parroquia

La Santísima Trinidad (Málaga)

Homilía del Domingo

Y dejando las barcas, lo siguieron

Mt 4, 12-23

III DOMINGO T.O

Ciclo A

Homilías anteriores

SIETE DOLORES

El Sábado Santo la Iglesia guarda silencio. La Iglesia no hace hoy ninguna celebración, sino que como un centinela concentra toda su mirada en la

Seguir leyendo »

Y dejando las barcas, lo siguieron

Cuando realmente deseas descubrir la voluntad de Dios te gustaría que éste dispusiera de un teléfono o de un ordenador para que pudiera enviar un whatsapp o un correo electrónico. Y de una manera rápida, sencilla y directa conocieras con exactitud el destino de tu vida, el propósito de tu existencia, la misión que se te ha encomendado. Pero, no; las cosas no son así. Dios es tan grande, tan cercano, tan evidente, tan luminoso que nuestra capacidad de desearlo y nuestra contingencia lo perciben como el que nos desborda, el que parece ausente, el que nos deja a oscuras. Y, de esta manera, nos pasamos la vida tanteando descubrir su voluntad; olfateando signos de su presencia; discerniendo a través de lo que nos habla. Y, en ocasiones, un acontecimiento es un whatsapp o un correo velado de Dios. Eso es lo que le ocurrió a Jesús.

Le llega la noticia del arresto de Juan Bautista. A Herodes le resulta molesta su predicación y lo encarcela en Maqueronte. La situación se pone complicada; él también corre peligro. Decide poner distancia y se retira a Nazaret. Allí reflexiona. En su corazón se dan cita el miedo a las consecuencias de seguir predicando, la preocupación por Juan y la incertidumbre por el destino incierto. Pero también se hace presente una convicción de fe. Desde su experiencia singular de sentirse Hijo Amado se siente impulsado a aliviar los corazones afligidos, a proclamar un tiempo de gracia. El Espíritu va atravesando el miedo, la preocupación y la incertidumbre. Cada vez con mayor nitidez se va vislumbrando la llamada a seguir con la tarea de Juan.

Decide partir; pero, ¿hacia dónde? Elige Cafarnaum, la Galilea de los gentiles, la tierra que simboliza a los que están en tinieblas, a la gente despreciada y olvidada. Y les invita a la conversión, a volverse al Dios que ya está con ellos y de su parte. Les invita a mirar su propia realidad en verdad, a dejarse mirar por la misericordia de Dios, a levantarse de su postración y a hacerse cargo del mundo en el que viven. El Espíritu lo lanza a recorrer, a enseñar y a curar. Anhela llegar a todos, ofrecerles una palabra de vida y sanar las heridas del cuerpo, la mente y el espíritu.

Pero no puede ni quiere hacerlo solo. Hace la propuesta a otros que están receptivos al mensaje. Les anima a embarcarse en un proyecto que les exigirá dejar otras barcas para invertir todo lo que tienen. ¿Con qué garantías? Con ningunas, sólo fiados y confiados en aquel con el que se han encontrado y les ha afectado.

Antes era así. Todo cristiano era un seguidor de Jesús. Ahora, es diferente. Hay cristianos seguidores y no seguidores. El cristiano no seguidor no vive de un encuentro, sino de una creencia, de una tradición, de unos ritos y unas leyes. El cristiano seguidor se ha encontrado con Alguien. Su fe le hace decir “te amo”. Y en medios de ambigüedades va invirtiendo lo mejor que tiene y posee en el amado. Ese amado va teniendo progresivamente una palabra más decisiva en todos los órdenes de su vida: en cómo piensa y siente, en la manera de relacionarse, en lo que compra o comparte… Y va haciendo suyo los hábitos del corazón del amado: busca las “galileas” de su tiempo, a los olvidados y despreciados; se ve invitado a recorrer, a trascenderse, a romper la dinámica de quedarse en sí para ponerse en el camino del otro; a ofrecer una palabra o tener un gesto que hable por sí mismo, que ofrezca un sentido, que aporte el bálsamo del consuelo; o a ser palabra que incomode a las tinieblas de este mundo.

Cristiano, seguirle o no seguirle, ¡esa es la cuestión!

Homilías anteriores

SIETE DOLORES

El Sábado Santo la Iglesia guarda silencio. La Iglesia no hace hoy ninguna celebración, sino que como un centinela concentra toda su mirada en la

Seguir leyendo »